martes, 29 de mayo de 2018

¿Repasamos? Metamorfosis de Ío y Dafne

  • El mito de ÍO según Metamorfosis de Ovidio



Autor: Pieter Pietersz Lastman. 1583-1633. Escuela holandesa. Título: “Juno descubriendo a Júpiter con Io”. 1618. National Gallery de Londres. Dimensiones: 54 cm x 78 cm. Óleo sobre madera.



Ío era hija del dios fluvial Inaco, primer rey de Argos y sacerdote de un templo dedicado a Hera. Zeus, siempre enamoradizo, se fijó en ella y la atrajo hacia sí, oscureciendo el cielo con nubes muy espesas que impidieran ver a los otros dioses lo que hacían. Hera sospechó de inmediato y, antes de que pudiese llegar donde estaban, Zeus convirtió a Ío en una vaca. Hera no entendió lo que hacía su esposo con una vaca y éste, para no levantar más sospechas, se la regaló.
Aun así Hera no creía a su esposo e hizo que Ío fuese vigilada por Argos, el gigante de 100 ojos, dos de los cuales siempre dormían según los turnos. Mientras tanto Ío pudo escribir un mensaje en la tierra con sus pezuñas para que su padre supiese lo que le había pasado y pudiese llorar su suerte.
Zeus no podía soportar ver a ío y a su padre así y envió a Hermes para que matase al gigante. Hermes se disfrazó de pastor y consiguió que Argos cerrase todos sus ojos entonando melodías con su flauta y contándole historias. Tan pronto como se durmió, el mensajero aprovechó para matarle.
Hera estaba furiosa y por eso decidió enviar un abejorro que persiguiese a Ío por todo el mundo. Tras su llegada a Egipto, Zeus rogó a Hera que dejase de atormentarla, prometiendo no engañarla nunca más. Así, Hera le perdonó y convirtió a ío en humana otra vez. Tiempo después tuvo un hijo, Epafo, que fue adorado en Egipto como el buey sagrado Apis.

  • El mito de Dafne y Apolo según Metamorfosis de Ovidio



Autor: Gian Lorenzo Bernini. Estilo Barroco. 243 cm de altura esculpida en mármol. Ubicada en la  Galería Borghese Roma, Italia

Dafne era hija de Peneo, dios tesaleo de los ríos. Al igual que Artemisa, era una diosa virgen de la caza y de la naturaleza. En su historia más famosa, el dios Apolo se enamoraba de ella contra su voluntad.
El motivo para que esto ocurriese fue que Apolo había insultado a Eros, el dios del amor. Apolo, que presumía de su manejo del arco y de las flechas, creía que Eros era un mal arquero y éste se vengó asaeteándole en el corazón con una flecha bañada en oro que le hizo enamorarse de Dafne sin ser correspondido. Eros también lanzó una flecha a Dafne, pero bañada en plomo, lo que la hacía aún más reticente a él. Apolo, fuera de sí, empezó a perseguirla diciendo: «¡Te imploro, ninfa hija de Perseo, que no huyas!
No soy tu enemigo a pesar de esta persecución. ¡Detente, dulce ninfa! Huyes como lo hace la oveja del lobo, o el ciervo del león, como las palomas baten alas huyendo del águila, como todas las criaturas huyen de sus miedos. Pero es el amor el que me lleva a correr detrás de ti…» Dafne no pudo escapar de Apolo y al final, desesperada, rogó a su padre que la liberase del cuerpo que había despertado la pasión de Apolo, por lo que la convirtió en un arbusto de laurel. 

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